Hay una chica en el subte que se parece a una chica con la que tuve sexo una vez, en verdad dos veces. Pensé en mandarle un mensaje de texto pero no sé si el número que yo tengo sigue siendo su número actual. Me arrepentí de la idea por si la chica que está de espaldas a mi es ella pero voltea y no es, entonces mando el mensaje a la chica con la que tuve sexo dos veces pero no responde.
Se sube una monjita y nadie le cede el asiento. Me pregunto que hubiese pasado en esta misma situación en la época en la que la religión le importaba a alguien.
La chica de al lado mío es sexy y manda un sms o por ahí está hablando por Whatsapp pero no lo sé, y mira de reojo lo que escribo y me pregunto si habrá leído que escribí que es sexy y que pensará de que haya escrito eso y si es considerado una ofensa que haya escrito eso o incluso acoso sexual.
Suben unos músicos al vagón pero el subte van tan rapido y hace tanto ruido que no se escucha la música que tocan. Uno le pega a un tambor y el otro toca el saxo. no se presentan. Bajan una estación después sin terminar el tema y sin pedir plata.
La chica que se parece a la chica con la que tuve sexo dos veces parece estar sacándome una foto con el celular pero hace que escribe un sms. Por ahí escribe un sms y no me está sacando una foto.
La chica sexy de al lado mío habla por teléfono con su tía y su voz no es nada sexy, es nasal y arrugada. Sé que habla con su tía porque dijo "hola tía".
Me mordí el labio y me duele pero no puedo dejar de morder la herida.
Nunca uso la palabra sexy, no se que significa y no me gusta. Sólo cuando canto la canción de una película en la que actúa Will ferrell la uso pero la canto en privado en mi casa o frente a pocos amigos porque me da verguenza.
Tengo mucha hambre. Comería pizza o un sandwich de carne con queso gratinado aunque no debería proque soy judío y no esta permitido pero yo no cumplo nada pero me da culpa de todas formas. Casi seguro pida pizza, estoy de mal humor. También voy a comer chocolate y a tomar mucha Pepsi y voy a mirar Curb your enthusiasm. Ayer se me quemó el pochoclo y todavía no lo limpié.
http://youtu.be/6r1LrRdGKOM
viernes, 2 de noviembre de 2012
Linea B: Florida-Los Incas 21.43 a 22.09
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martes, 30 de octubre de 2012
Hypomnémata II
De la botella tostada chorreaban
gotas gruesas, se deslizaban por el vidrio y caían hasta la madera reseca de la
mesa del bar San Bernardo. La levanté y quedó un círculo perfecto trazado sobre
una servilleta, llené su vaso y luego el mío. Una vez que la apoyé nuevamente
sobre el círculo perfecto, y que cada uno dio un sorbo, nos dedicamos a hablar.
-Así que Medina te trajo por acá, a
todos les toca parece ¿eh?
Dio otro trago, vi su nuez
retorcerse, acomodarse, intentar escapar de su garganta. Golpeó el vaso con
fuerza y pude escuchar como el gas huía silbante. Quedaba una pequeña lámina
blanca de espuma en el fondo, nada más.
-A todos nos toca- retruqué.
-Que garrón venir hasta acá sólo
por una muerte.
-Todavía no está muerto.
-Si acá de por sí no hay esperanza,
en su situación, todavía menos.
Tenía razón pero no quería darle el
gusto de aceptar la derrota, la muerte próxima de Medina.
Macumba se acercó moviendo la cola,
con la lengua afuera y su hedor.
-Salí perro de mierda, sarnoso,
tomatelás- le gritó el Chino.
Con la pata trasera, contorsionado, el perro
se rascó detrás de la oreja con movimientos lentos y precisos pero se marchó
con pesadez y torpeza, su andar tenía cadencia de borracho, como todos en ese
bar.
Miré por la ventana, la calle
seguía sin pavimentar. Tantos años después y sin pavimentar. Igual, detenida en
el tiempo. Todas las casas estaban en su lugar, un poco más despintadas, más
cansadas y viejas, como sus dueños, como Medina.
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sábado, 27 de octubre de 2012
HOY CUMPLO AÑOS
Hoy es mi cumple y por eso presento un tonto listado de los mejores libros que leí y releí este año, cronológicamente.
Enero
High adventure on the great outdoor- Henry Rollins
Fight Club- Chuck Palahniuk
Leer y Escribir- Ariel Bermani
Febrero
A salto de mata- Paul Auster
American Hardcore- Steven Blush
Evocación de Matías Stimmberg- Alain Paul Mallard
Prisión perpetua- Ricardo Piglia
La invensión de la soledad- Paul Auster
Pequeño mundo ilustrado- María Negroni
Marzo
Sol Artificial- J.P. Zooey
After pop- Eloy Fernández Porta
Black Coffee Blues- Henry Rollins
Abril
Maus- Art Spiegelman
El gaucho insufrible- Roberto Bolaño
Lgar común: el motel americano- Bruce Beguot
Glaxo- Hernán Ronsino
La invasion- Ricardo Piglia
Mayo
Critica y ficción- Ricardo Piglia
Cuentos Morales- Ricardo Piglia
Nombre Falso- Ricardo Piglia
Junio
Punk, la muerte joven- Juan Carlos Kreimer
Ciudad ausente- Ricardo Piglia
Una novelita lumpen-Roberto Bolaño
Julio
El extranjero- Albert Camus
Agosto
No es país para viejos- Cormac McCarthy
Ocio- Fabián Casas
El oficio de sobrevivir- Marcelo Damiani
Literatura y otros cuentos- Martín Rejtman
Septiembre
Siete ensayos sobre Walter Benjamin- Beatriz Sarlo
Hollywood Babylon- Kenneth Anger
Denkbilder- Walter Benjamin
La invasión- Ricardo Piglia
De qué hablamos cuando hablamos de amor- Raymond Carver
Respiración artificial- Ricardo Piglia
Octubre
El astillero- Juan Carlos Onetti
Homenaje a Ricardo Piglia- Teresa Orechiaadsf
Prisión perpetua- Ricardo Piglia
Nombre Falso- Ricardo Piglia
Enero
High adventure on the great outdoor- Henry Rollins
Fight Club- Chuck Palahniuk
Leer y Escribir- Ariel Bermani
Febrero
A salto de mata- Paul Auster
American Hardcore- Steven Blush
Evocación de Matías Stimmberg- Alain Paul Mallard
Prisión perpetua- Ricardo Piglia
La invensión de la soledad- Paul Auster
Pequeño mundo ilustrado- María Negroni
Marzo
Sol Artificial- J.P. Zooey
After pop- Eloy Fernández Porta
Black Coffee Blues- Henry Rollins
Abril
Maus- Art Spiegelman
El gaucho insufrible- Roberto Bolaño
Lgar común: el motel americano- Bruce Beguot
Glaxo- Hernán Ronsino
La invasion- Ricardo Piglia
Mayo
Critica y ficción- Ricardo Piglia
Cuentos Morales- Ricardo Piglia
Nombre Falso- Ricardo Piglia
Junio
Punk, la muerte joven- Juan Carlos Kreimer
Ciudad ausente- Ricardo Piglia
Una novelita lumpen-Roberto Bolaño
Julio
El extranjero- Albert Camus
Agosto
No es país para viejos- Cormac McCarthy
Ocio- Fabián Casas
El oficio de sobrevivir- Marcelo Damiani
Literatura y otros cuentos- Martín Rejtman
Septiembre
Siete ensayos sobre Walter Benjamin- Beatriz Sarlo
Hollywood Babylon- Kenneth Anger
Denkbilder- Walter Benjamin
La invasión- Ricardo Piglia
De qué hablamos cuando hablamos de amor- Raymond Carver
Respiración artificial- Ricardo Piglia
Octubre
El astillero- Juan Carlos Onetti
Homenaje a Ricardo Piglia- Teresa Orechiaadsf
Prisión perpetua- Ricardo Piglia
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viernes, 19 de octubre de 2012
DOMINGO LEO
Me invitaron a leer pero no podía y al final sí pero la fecha ya estaba cerrada pero me dejan colarme a contar un cuenton que forma parte de un tríptico que estoy por terminar.
UNTO DE FUGA presenta DÜNAMIS VI
Un ciclo que reúne música, cine, literatura y arte.
ATRÁS HAY TRUENOS
atrashaytruenos.bandcamp.c om
HURRICANE HEART ATTACKS
sadness.bandcamp.com/ album/ hurricane-love-hurricane-he art-attacks
CINE - CORTOS
"Soy tan feliz" de Vladimir Durán
"Cantautor" de Emiliano Romero
POESÍA
Agustina Paz Frontera
Camilo Sce
Lu Martínez
Ariel Pukacz
ARTE
"Nítido Inconsciente"
Dibujos a tinta de DIEGO ALFONSO
DJ/VJ: Punto de Fuga
Fotografía: María Celeste Escobar y Pato Parodi
Entrada $20
Punto de Fuga, programa de radio.
Lunes de 20 a 22hs
Por www.ciclopradio.com.ar
UNTO DE FUGA presenta DÜNAMIS VI
Un ciclo que reúne música, cine, literatura y arte.
ATRÁS HAY TRUENOS
atrashaytruenos.bandcamp.c
HURRICANE HEART ATTACKS
sadness.bandcamp.com/
CINE - CORTOS
"Soy tan feliz" de Vladimir Durán
"Cantautor" de Emiliano Romero
POESÍA
Agustina Paz Frontera
Camilo Sce
Lu Martínez
Ariel Pukacz
ARTE
"Nítido Inconsciente"
Dibujos a tinta de DIEGO ALFONSO
DJ/VJ: Punto de Fuga
Fotografía: María Celeste Escobar y Pato Parodi
Entrada $20
Punto de Fuga, programa de radio.
Lunes de 20 a 22hs
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viernes, 12 de octubre de 2012
Hypomnémata I
Hypomnémata es junto a Un círculo perfecto, parte de un tríptico llamado Epecuén.
I
Había perdido casi todo el pelo
desde la última vez que lo había visto. Aseguraba haber cenado con Franz
Stangl, Adolf Eichmann, Erwin Rommel y Adolf Hitler en Bariloche. Nadie le
creía del todo, pero su insistencia nos hacía sospechar. Lo decía con orgullo,
pese a eso (un detalle que me permitía
pasar por alto) lo quería; y él a mi. Por eso había vuelto. No para
cuidarlo, sino para despedirme.
Ambos sabíamos que moriría pronto.
Por eso insistía con verme, tantos años después; y fue la curiosidad lo que me
arrastró hasta ese pueblo de nuevo, ese pueblo que ya había casi logrado olvidar.
Llevaba una bata de tela celeste
que parecía de papel. Estaba hundido en el colchón frío y duro del hospital, pese
a que cientos de personas ya habían muerto sobre esos mismos resortes sin
lograr ablandarlo. Las barandillas despintadas de la cama opacaban la
habitación. Una habitación de por sí triste, decorada vulgarmente con una cruz
de madera, un espejo con una de sus esquinas oxidadas y una mesita de luz con
un velador, un teléfono de disco y una Biblia en el cajón, cubierta por una
lámina de polvo.
Nadie lee la Biblia cuando se encuentra
en mi situación, por eso está roñosa, olvidada, me dijo. Una Biblia en un
hospital no tiene nada que hacer. Hasta acá no llega el poder de Dios. Su
bondad no se ve, es el día a día; sólo somos capaces de percibir y de sentir su
maldad. Por eso somos mortales y él es Dios, claro está. Si tuviese una mujer
sería probable que cuando yo muriese lo culpara a Él y no a los médicos; no a
mí por haber hecho caso omiso a las advertencias. Yo escuchaba paciente su
agonía de viejo. Era lo único que podía hacer por él, estar ahí y escuchar.
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martes, 9 de octubre de 2012
Barrefondo
Barrefondo es un documental que dirigí y que tiene por protagonista al escritor Felix Bruzzone quien se gana la vida limpiando piletas. Junto a Gabriela Cabezón Cámara, Hernán Ronsino y Osvaldo Baigorria, reflexiona sobre el acto de escribir y el trabajo.
martes, 18 de septiembre de 2012
Un círculo perfecto (PARTE V DE V)
V
Medina lleva puesta la misma ropa
que el día anterior pero arrugada. Ella también, lo que me obliga a deducir que
mis sospechas son en verdad una realidad. Me siento vulnerable y tonto,
humillado pese a que nadie se ha complotado en mi contra ¿O sí?
Los obreros no están pero su
presencia resuena, sigue vibrando en el ambiente por el polvillo blanco, dañino,
que nos acompañará durante los siguientes tres meses.
Esquivel transcribe a máquina un
acta del caso Rosendo. Simplemente lo oigo, no lo veo, me irrita pensar en sus
dedos presionando las teclas y los martillos, con las letras, entintando la
hoja.
Tomo la carpeta caratulada como
Caso Salvucci-Correa, la abro. Leo el primer expediente pero mi mente está en
otro lado. En la camisa arrugada de Medina, en el vestido pálido de ella, en el
polvo del aire. Me levanto y me dirijo a la cocina. Preparo un café en una taza
cualquiera, lo sirvo con lentitud porque en verdad es tan solo una excusa para
despejar la cabeza, tomarme un minuto de descanso e intentar pensar en otra
cosa pero me es imposible. Las imágenes inexistentes, supuestas, que creo para auto
flagelarme, para crear un enemigo, una excusa para odiarla y lograr aceptar que
no es mía, continúan girando dentro de mí, trazando un circulo perfecto.
Tomo el café de pie, en la
minúscula cocina de azulejos celestes, gastados, tristes. Los miro, intento
comprenderlos, pensar en su fabricante, en porqué son necesarios. No despego
los ojos de ellos, entre trago y trago noto que me angustian. Lavo la taza y la
vuelvo a colocar, boca abajo, junto a las otras. Gotea.
Regreso a mi cubículo, desganado.
Oigo a Medina monologar, lo supongo frente a Vanesa.
“Los artistas no tienen un plan b, no les queda otra que tener un
trabajo en el que no puedan progresar, estático, que los haga infelices, para
así, verse obligados a triunfar con su arte, con lo que realmente les importa.
Focalizar su energía en una sola dirección, en un único interés”.
Muerdo un lápiz, con violencia, por
la bronca de no ser nadie, por las palabras de Medina.
“Yo no tengo un plan”, pienso.
Me levanto mareado ante el
descubrimiento, observo a mis compañeros y todos trabajan, levemente inclinados
sobre los escritorios, jorobados. Tomo aire y miro por la ventana que se
encuentra lejos, al final del corredor, deja ver un paisaje mutilado, seco.
La vista me da una extraña
tranquilidad que dura unos minutos pero luego me sumerge en una profunda
tristeza y me veo obligado a reflexionar para mis adentros, apretando los
dientes. No surge ningún pensamiento. Observo y me abstraigo de lo que veo:
árboles derrotados.
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domingo, 16 de septiembre de 2012
Un círculo perfecto (Parte IV de V)
El sol ya no está. No sé en que
momento se ocultó. Voy a hacer café, no es mi taza la que uso. Al volver a mi
escritorio anoto en un papel una frase que jamás podrá ser leída, por lo tanto
tampoco recordada. Cintia aparece y lo escondo en mi mano. Siento el sudor
saliendo de mis dedos. La tinta borroneada, la letra ilegible. La oración
desaparece para siempre.
“¿Qué tenés ahí?” me pregunta y le
respondo que nada. Levanta las cejas con incomprensión.
Vanesa y Medina no están, Esquivel
mira el reloj sin pestañear.
Pienso en un tumor, me doy cuenta
de que nunca vi uno, no sé como lucen. Imagino una bola amorfa parecida a un
corazón pero con el color de un moretón y venas azules, gruesas, marcadas.
Son las seis, es hora de irse. No
espero a Esquivel. Salgo al frío, aprieto los dientes. Busco con la vista a
Vanesa o a Medina. No hay nadie en la cuadra. Cintia sale y me observa con
disimulo, fuma, espera expectante a que le hable, a que la invite a salir. Me
voy sin despedirla, mis zapatos hacen ruido al caminar. Se confunden con el
soplido constante del viento, del puto viento.
Pienso en Medina y en Vanesa. Los
imagino cogiendo en la cama de algún hotel.
Ella en el baño, polvoreándose las
mejillas antes de escabullirse bajo una sábana azul, áspera, perfumada. Él tirado en la cama, flácido, pálido,
temeroso. Esperando ansioso que aparezca desnuda, entregada.
Pienso en
el sudor y los cuerpos agitados, en somnolencia y cansancio. Sus corazones
apurados, del color de un moretón, con venas azules en relieve.
Vuelvo a la
oficina, a buscar a Esquivel. Para charlar, para no pensar. Ya no está. Voy al
bar, solo. Pido cerveza, el sonido del gas me calma de alguna manera extraña.
Doy un sorbo.
Sigo pensando. En ellos dos. Revolcándose.
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jueves, 13 de septiembre de 2012
Eso hace la gente
Estaba
concentrado con una revista de chimentos, leía un artículo sobre una enfermedad
en los huesos que sufría el hijo de un actor que ya casi nadie recordaba. Tenía
una taza de café que humeaba apoyada en el escritorio. Era en verdad un vaso de
papel que había sacado de la máquina que los dueños del hotel le alquilaban a
una empresa para que los clientes tomasen mientras esperaban para ingresar a
sus habitaciones. Pero él no tomaba ese café, era muy caro y feo. Prefería
tomar el de la cafetera que tenían en una habitación donde guardaban sus bolsos
y abrigos. Eventualmente lo hacía él pero la mayoría de las veces era María
quien lo preparaba. Esta vez lo había hecho él.
El ruido de la
autopista se colaba por la ventana que estaba ligeramente abierta porque el ambiente
estaba viciado por el olor a cigarrillo y a café y también a humedad y a
traspiración. Traspiraba porque había encendido una estufa eléctrica, afuera
hacía frío, llovía.
Se escuchó un
ruido seco y desparejo, como si alguien arrastrase un piano por un piso de
mármol; pero en el hotel los pisos eran de madera y no había ningún piano.
Dio un trago al
café. Pasó de página, primero se humedeció el dedo con saliva. La siguiente
nota eran consejos para vestirse los sábados por la noche. Leyó el artículo entero pese a que no solía salir los sábados por la noche porque trabajaba. Era
sábado.
Le puso especial
atención al artículo, como si al leerlo pudiese transportarse a otro lugar, a
alguna de las fiestas que se estaba perdiendo. Esa era su literatura, las
revistas baratas con fotos mal impresas, sutilmente fuera de foco, con los
colores saturados.
Sonó la
campanilla de la puerta e ingresó María, estaba abrigada y agitada, de su boca
todavía salía humo o vapor.
Comenzó a
desabrigarse, su ropa hacía ruido al rozarse entre sí. Alex, fastidiado por su
calma rota fue a la habitación a servirle un vaso de café para que se calmara y
calentase un poco.
-Vi algo- dijo
María, todavía agitada.
-¿Qué?- preguntó
Alex y dio otro sorbo al café. Dejó la revista debajo del mostrador, abierta,
boca abajo.
-No se bien-
dijo María y dio un trago al café, su cara pareció fruncirse.
-No hay azúcar,
hay que comprar.
-Vi algo-
repitió ella y el viento ingresaba por la ventana en forma de un silbido
espectral.
Alex, de pie, esperó
a que su compañera dijese algo.
El sonido de la
ruta continuaba afuera, incesante e infinito.
-Vi a un hombre
hacer algo a otro hombre.
Ambos escucharon un grito y algo que caía
desde altura y golpeaba el suelo de madera y estallaba en mil pedazos, algo de
vidrio o loza, como un cenicero o una taza. Ese ruido fue acompañado de otro,
opaco, el de un cuerpo golpeándose contra una pared. Otros sonidos similares
aparecieron momentos después, como si un cuerpo forcejeara contra otro cuerpo.
Pero era el segundo el que tenía el control y reducía al primero contra la
puerta o la pared.
Alex dio otro
trago. María lo acompañó en la acción.
-Había dos autos
con las balizas prendidas y un hombre se bajó del que estaba más adelante y se
acercó al que estaba detrás. Sólo veía su silueta, era negra.
-¿Y qué pasó?-
preguntó Alex, teniendo verdadera curiosidad por la siguiente carilla de la
revista.
-No lo sé- crucé
el puente y vine.
Hubo otro grito
y otro golpe, venían de escaleras arriba. Una puerta se agitó y otra persona
gritó que quería dormir, que solucionasen sus problemas en otro lugar.
-Podés morirte
hijo de puta- respondió la mujer, desde el interior de la habitación.
Se oyeron los
pasos del hombre marchándose derrotado a su pieza.
María pensó en
llamar a la policía, pero no hizo nada. Una luz de dos faroles ingresó por la
ventana. Un motor se apagó y reinó una extraña calma. Una puerta se abría.
-¿Quedan
habitaciones libres?- preguntó María mientras buscaba de debajo del mostrador
el libro de ingresos.
Alex retomó su
lectura, expectante a que la puerta se abriese.
Hubo un último
sonido, seco y profundo, que se perdió en el ambiente y se olvidó para siempre.
Hubo gritos
porque la gente a veces toma, y consume cosas. Porque la gente muchas veces
está loca. Porque no saben lidiar con sus problemas, y huyen. Por eso se alojan
en hoteles al costado de la ruta, con carteles de neón que ya no asombran. Eso
hace la gente.
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miércoles, 5 de septiembre de 2012
Un círculo perfecto (Parte III)
III
Pende un hilo de una taza, del extremo visible se lee una etiqueta que indica el sabor del té, elresto está sumergido en la infusión. La taza esta apoyada en
mi escritorio pero no me pertenece. La mía tiene un águila polaca, esta tiene
un lobo marino y dice Mar del Plata. Humea, huele rico. Cintia la levanta y
sonríe. “Me mandaron a compartir la oficina con vos hasta que terminen de
pintar y remodelar la mía”, dice. Yo sonrío o hago algo parecido con la boca y
con toda mi cara. Transpiro, ella se da cuenta. De mi incomodidad, de mi olor,
de mi miedo. Como si fuese un perro de policía en busca de cocaína.
Miro su oficina y esta aprisionada
por paredes de yeso. Dos hombres entran con herramientas. Sus mamelucos son
azules. Están teñidos de polvillo blanco. No usan barbijo. Pienso en sus
pulmones, en sus venas, azules. Pienso
en la muerte y en edificios destruidos. Pienso en inundaciones (como si me
adelantara a los hechos, como si tuviese una premonición) de agua azul al
principio, marrón con el tiempo. Imagino mosquitos
revoloteando y dejando sus huevos en el agua infectada.
“A Vanesa la mandaron con el alemán”,
me informa Cintia. Mi sudor se seca, en
un instante se torna frío. El alemán es Medina, así le comenzarán a decir, por
su pelo rubio y finito, su altura, los ojos verdes, la tez rosada. Observo la
oficina de Medina, mi nuevo enemigo. Se que Cintia me mira, quiere ver mi
reacción. Mi cara tosca, fruncida por el enojo o la rabia. Por la violencia o
la impotencia. La lejanía. Intento no darle importancia, simular.
Me surge un deseo de acostarme con
Cintia, en forma de venganza. Venganza hacia Vanesa. Una venganza que no
existe, nadie la sufre. “Todavía”, pienso con intención de moralizarme.
Esquivel escuchó, lo se. También sé
que me mira, quiere ver mi reacción. Complotarse contra ese.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Un círculo perfecto (Parte II)
II
Escucho las quejas de las gotas del
gas, la espuma blanca luce violeta por la luz negra del bar. Doy un trago, es
amarga, más de lo que esperaba. Es importada.
Esquivel mete la mano en la
canastita de pochochos, maníes y palitos; están todos mezclados. No discrimina,
no elije, mete la mano.
“Elegir es de puto, el macho
agarra, da igual lo que toque”, me dice, imponiendo principios. No le respondo,
doy otro trago, lo sufro.
La rocola escupe una canción de
Oscar Alemán, interpretada por él, no es de él. No sé de quien es.
“Que pibe más boludo este Medina
eh, para mí no va a durar una semana”, dice Esquivel, y el cadáver queda sobre
la mesa; es cuestión de comenzar a desmembrarlo.
“Ya trabaja hace cuatro meses”,
digo, sin querer defenderlo, solamente ubicando la charla en un plano real.
“Me da igual, es un pelotudo. Alto,
con cara de miedo, incompetente. Para mí
tiene algún retraso”. Da un trago al vaso de cerveza, y mete de nuevo la mano,
roñosa, en el canasto de frituras. Hace ruido, araña el mimbre, clava sus uñas,
se lleva la mano a la boca. Mastica con ruido, sin cuidado. Da otro sorbo. Yo
lo observo. Doy un trago a la cerveza, limpio la espuma de mi boca y barba.
Seco mi mano. Opino.
“Hay que darle tiempo, es nuevo. Es
terrible la necesidad que tenemos de hacer pagar derecho de piso”, respondo. Me
incluyo en su maldad, colaboro, para no discutir. “La necesidad que tenemos”,
pienso, “La necesidad que tenemos de encasillar en cualquier ambiente.
Encontrar un enemigo, un aliado, una mujer que nos interese, alguien a quien
criticar. Cada ámbito, por más minúsculo que sea, es una representación de una
totalidad impuesta”. No se lo digo a Esquivel, lo pienso nomás, en cambio le
respondo: “Me chupa un huevo, no lo conozco. Ni me enoja ni me da pena. Vamos a
jugar un billar”.
Todas las mesas están ocupadas, ahí
ya encuentro enemigos. Vanesa toma fernet con amigas, ella resalta. Ahí
encuentro el amor.
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miércoles, 29 de agosto de 2012
Un círculo perfecto (Parte I)
I
Un círculo perfecto, marrón,
húmedo, se superpone a otro círculo perfecto, marrón, seco. Una taza se apoya,
sale humo de ella. Alguien tose. Levanta la taza, de cerámica, con una frase
escrita en ella, con el asa rota. Un tercer circulo, perfecto, marrón, húmedo,
se yuxtapone a los otros dos en la madera del escritorio de roble.
-Medina, la puta madre, le dije que
apoyara la taza en una servilleta, un mantel, sobre algo. Va a marcar toda la
madera y no sale ¿En su casa hace lo mismo Medina?- le grita Acevedo.
Medina, con torpeza, en un nervioso
reflejo levanta la taza y vuelca gran parte del café en su camisa. Su camisa es
blanca.
-Medina, Medina ¿Se encuentra bien?
¿Se quemó?- pregunta Acevedo.
Medina no responde. Cintia sonríe y
mira con complicidad a Vanesa que le devuelve la mirada y otra
sonrisa a través de la mampara transparente, se muerde el labio.
Medina, tan alto y callado, torpe.
El típico hombre que desea ser invisible. La camisa, mal abrochada, con el
cuello torcido, los zapatos sin lustrar, el pelo finito. Años después lo tendrá
blanco, grueso; y lo llevará largo, por los hombros. Tendrá una incipiente
calvicie en la coronilla que tapará con sombreros que comprará en La Capital , como los que usan
los sheriff en las películas.
Escondo mi taza detrás de mí, para
que Acevedo no la vea. Me sonríe y levanta su mano. Agacho la cabeza y la
vuelvo a levantar, adorándolo, saludándolo.
Medina va al baño, deja la puerta
abierta. Lo miro observarse en el espejo y baja la vista, avergonzado. Refriega
la camisa con agua caliente y jabón. La mancha de café, lejos de desaparecer,
empeora. Continúa el día con el saco puesto.
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VOLVER Y LEER
Decidí volver con el blog.
NOTICIAS:
CONCURSO
Mi cuento "En la pausa" (creo que acá lo subí con el nombre de "Resistencia")está participando de un concurso de la Editorial Planeta. Lo que tienen que hacer es ingresar a este link leer e ltexto y si les gusta, votarlo para que quede entre los textos seleccionados para su futura publicación en papel y e-book.
LECTURAS
Leo el viernes 7 de septiembre en el ciclo "Como un grano en ÉL", se realizará en el bar del Hotel Lynns (Costa Rica 4752- Palermo Soho) de 19:00 a 21:00 hs. aprox.
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Leo el once de Septiembre:
https://www.facebook.com/events/145145255625495/
CICLO DE POESÍA Realizado en El Quetzal (Guatemala 4516) De 20HS hasta las 24hs
Es un ciclo enteramente dedicado a la lectura de poesía. Y en cada ciclo va a surgir una anexo que complemente el espacio con otra rama artística.
En este primer ciclo va a tocar: Jesur ACÚSTICO
Expo Visual: Gabriela Kozakievich
Leen: Miguel David Barrenechea
João Moojen
Sombrero Galáctico
Sebastían Pandolfelli
Julian Mur
Luis Leopoldo Franco
Ariel Pukacz
Organiza: Florencia Mayra Gargiulo Cel: 15-50097461
EVENTO A LA GORRA! O $10
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CONCURSO
Mi cuento "En la pausa" (creo que acá lo subí con el nombre de "Resistencia")está participando de un concurso de la Editorial Planeta. Lo que tienen que hacer es ingresar a este link leer e ltexto y si les gusta, votarlo para que quede entre los textos seleccionados para su futura publicación en papel y e-book.
LECTURAS
Leo el viernes 7 de septiembre en el ciclo "Como un grano en ÉL", se realizará en el bar del Hotel Lynns (Costa Rica 4752- Palermo Soho) de 19:00 a 21:00 hs. aprox.
Leen: Ariel Pukacz- Gabriela Sambuccetti- Nuncio Petitto
Tocan: Bernal Chavez
Artista plástica invitada: Paula Gonzalez Nogueira.
Sorteos, regalos, sorpresas y mas.
¡Te esperamos!
Equipo C.U.G.E.É
https://www.facebook.com/ comoungranoenel
Tocan: Bernal Chavez
Artista plástica invitada: Paula Gonzalez Nogueira.
Sorteos, regalos, sorpresas y mas.
¡Te esperamos!
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Leo el once de Septiembre:
https://www.facebook.com/events/145145255625495/
CICLO DE POESÍA Realizado en El Quetzal (Guatemala 4516) De 20HS hasta las 24hs
Es un ciclo enteramente dedicado a la lectura de poesía. Y en cada ciclo va a surgir una anexo que complemente el espacio con otra rama artística.
En este primer ciclo va a tocar: Jesur ACÚSTICO
Expo Visual: Gabriela Kozakievich
Leen: Miguel David Barrenechea
João Moojen
Sombrero Galáctico
Sebastían Pandolfelli
Julian Mur
Luis Leopoldo Franco
Ariel Pukacz
Organiza: Florencia Mayra Gargiulo Cel: 15-50097461
EVENTO A LA GORRA! O $10
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