sábado, 31 de julio de 2010

No es hacer lo que uno hace, uno intenta

Me preguntaste que es lo que más disfruto hacer en el mundo
Y te dije
Pensar
Escribir
Leer
Caminar
Mirar
Coger
En ese orden
Vos me dijiste que
A vos te gusta intentar coser
Y me pareció tierno
Y cierto
Porque yo también intento
Solo intento
Hacer las cosas que disfruto hacer en
El mundo.

miércoles, 28 de julio de 2010

La inseguridad de la cama

Tu cintura flaquita
Debería ser la envidia
De cualquier chica
Y así es
vos no estas cómoda y te sentís observada
Por eso me decís que preferís quedarte en casa
Porque a la larga
Lo que vamos a hacer es
Volver tarde y cansados
A coger
Y charlar un poco
Y si estoy de humor
Mimarnos
Un poco nomás
No sea cosa que me enamore
Y tenga que dejar de verte

Corredor de larga distancia

El pavimento
Pisado
Por miles de personas
Que no conozco
Queda
Atrás
Y pavimento
Sin pisar
Todavía
Por mí
Sobra delante
Y en algún momento será viejo
y los árboles
quedan detrás
junto al pavimento
y los autos
y la gente
y huyo de todos ellos
que se funden juntos
en un todo
sin importarme que pasa con ellos
porque
quedaron
atrás
y solo miro
los que todavía son nuevos ante mis ojos
los que no conozco
pero que brevemente serán viejos
y olvidados
y pienso en no tropezar
y en seguir
corriendo

martes, 27 de julio de 2010

correr, viajar, esperar,

La puerta abierta
el colectivo me espera
impaciente
porque la luz lo apura
y corro y transpiro
para subir
y las vocinas me abuchean
y las puertas se cierran detrás mío con un sonido industrial
imposible de imitar
y agradezco
y pago y busco un asiento o una novia
con la mirada
y no hay
ninguna de las dos cosas
pero logro mirar por la ventana
y los quioscos
y los carteles
y los afiches
y los postes de luz
pasan
y los olvido
y los dejo atrás
como a tantas cosas
algunas que me hacían mal
y me miento
no las abandoné
me siguen reverberando dentro
como una licuadora rota
pero intento hacerme creer
que estoy bien
y se sube el policia de los boletos
y me firma con un mamarracho rojo
el mío
y lo guardo como un tesoro
dentro de un libro
que nunca terminaré
El colectivo sigue su recorrido reiterativo
y me bajo en cualquier lado
porque no me dirigía hacia
ningún lugar en particular
y cruzo la calle
y espero volver a hacer
el recorrido a la inversa

domingo, 25 de julio de 2010

Oxidado y fuera de foco como metales olvidados y fotos perdidas

Entre los dos no hacemos uno
Me dijiste
Y me reí
Porque era verdad
Estábamos perdidos
Y tristes
Y asustados
Pero juntos
Pero no hacíamos uno
Ni con todas
Nuestras partes juntas
Y mezcladas
Y pegadas
Con precisión
Fueron mis fallas
No las tuyas
Las que hicieron
Que esos pedazos sean miles más
Incontables fragmentitos
De nosotros
Mezclados
E irreconocibles
No intentes limpiar
Te dije
Esto ya no tiene arreglo.

sábado, 24 de julio de 2010

El billete de dos pesos

Alex: Paré en un quiosco a comprarle cigarrillos a Ramiro antes de llegar a su casa, me había pedido por mensaje de texto.
Aproveché y me compré un alfajor nuevo que había salido, compro todas las golosinas nuevas. Siento que si no las pruebo talvez me esté perdiendo de algo muy increíble.
Cuando el quiosquero me dio el vuelto me quedé mirando los billetes, no conté si me había dado bien o mal el vuelto. Me quedé hipnotizado mirando el billete de dos pesos de arriba de todo. Tenía una inscripción en azul, torcida y lavada. El billete era casi inútil, tan gastado que era suave, negro de haber pasado por tantas manos. Me quedé mirando el billete porque me pregunté si ese billete ya había pasado antes por mis manos. No recordaba el número de serie pero por alguna razón recordaba el billete.
Salí del lugar y volví a entrar antes de que la puerta de vidrio llena de calcomanías de marcas se cerrase porque dejé lo que había comprado en el mostrador.


Ramiro me abrazó, nunca nos habíamos abrazado. Creo. Pasé directo a su habitación, su perro me acompañó todo el trayecto saltando y ladrándome para que lo saludase. No lo hice.
Entramos a su habitación, era un chiquero. Estaba tomando Pepsi del pico de una botella de litro y medio de vidrio.
El perro se coló con nosotros y se puso frenéticamente a oler todo.
Su tacho de basura estaba en la mitad de la habitación, era de metal y estaba abollado. Rebalzaba de basura: latas de gaseosa, papeles y preservativos. Nunca ponía bolsita para la basura. La empleada tenía que juntar con las manos los forros llenos de semen.
Me desplomé en su cama y salió una nube de polvo como había pasado hacía tan solo unos días en el telo cuando Cinthia golpeó la frazada.
Nos pusimos a hacer música con uno de sus sintetizadores y bases de batería con un programa que tenia en su computadora.
Hicimos una improvisación desarticulada durante un buen rato hasta que nos cansamos del ruido y nos sinceramos con nosotros mismos, estábamos haciendo mierda. Por ser dos y con aparatos no éramos tan buenos como Suicide. No éramos tan buenos como nadie, no éramos buenos. No éramos nada.

Le pedí prestado un controlador midi para hacer la música de un cortometraje que estaba editando para la facultad. Nunca más se lo devolví, no llegué a dárselo. Más de una vez pensé en devolvérselo a su padre pero para el sería solamente un objeto y para mi tenía un gran valor, sentimental y también útil. Una de las octavas no andaba del todo, nunca la mandé a arreglar, quise conservarlo exactamente como me lo había dado mi amigo. Alterarlo sería pisotear su memoria de algún modo.

Después de tocar se puso a tomar de la botella de Pepsi que tapó mal y me la pasó sin preguntarme si quería pero acepté y le di un sorbo.
-Antes que el perro.- dijo Ramiro. No entendía de que hablaba.
-Dale, agarrala antes que el perro- repitió y me quedé mirándolo sin comprender.
¿Me haces el favor de agarrar la tapa antes de que el perro se la coma Alex?
La levanté y la ajuste a la botella de Pepsi de dos litros. No la limpié.
Ramiro me contó que estaba participando de varios concursos literarios con sus cuentos y que todavía no había tenido respuesta positiva de ninguno. Estaba un poco decepcionado. Le dije que no se desesperara, que creyera en sus textos. Pero era yo el que no creía en lo que le estaba diciendo.

jueves, 22 de julio de 2010

HOY DESDE LAS 23 EN MI.CASA. CICLO MENSTRUAL

HOY LEO. ES GRATIS. POR LA DIRECCIÓN MANDEN MAIL A arielpukacz@gmail.com



Lecturas°
...
M
http://nuncahableconbobdylan.blogspot.com/

Malgosia L.
http://comoescupitajosenlacara.blogspot.com/

Ariel Pukacz
http://cuentosverdes.blogspot.com/

Cabeza de Tornado
http://www.flickr.com/cabezadetornado


Manos de Travesti
http://manosdetravesti.blogspot.com/

Jotge Ignacio Huarte (El Baterista que escribe)
http://dedicatoriasypajas.blogspot.com/

Abdul
http://alpedopoesia.blogspot.com/


Sofía Catástrofe
http://androgenorexia.blogspot.com/

... y más

____________________________________________________________

Bandas °

Cassette Salvador
http://www.cassettesalvador.com.ar/

+
Bosques
http://www.myspace.com/losbosques
____________________________________________________________

Música°

dee shei
Marselo Retroporno Soundsystem

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Birra°

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Dibujitos°

Cabeza de Tornado
http://www.flickr.com/cabezadetornado

MalHecho
http://www.flickr.com/mal_hecho

Raleria Vios

lunes, 19 de julio de 2010

Mail de rechazo N°...

Estimado ariel pukacz:
El Comité Editorial ha evaluado tu proyecto - obra "Early Grey" y más allá de su valor literario ha decidido no publicarlo.
Nuestras puertas quedan abiertas para futuros proyectos.
Gracias por confiar tu obra a nuestros editores.

Cordialmente,
RANDOM HOUSE MONDADORI

domingo, 18 de julio de 2010

HELP

Terminé mi segunda novela, titulada Early Grey.
Estoy comenzando la tercera, llamada Flâneur.

Busco editor.

miércoles, 14 de julio de 2010

Martinez y ruptura

Iván: Y llegamos al río, me dijo que no estaba enamorada de mí y se fue. La vi deshacer el camino que habíamos hecho juntos hasta ahí, tomados de la mano. Ahora sé que su puño, cerrado contra el mío, llevaba dentro una daga con un filo muy real y cruel, lleno de hipocresía y mentira.

Me quedé ahí parado, como un boludo. Si saber que hacer o que decir. Miré el agua putrefacta. No quería estar ahí, solo; Pero ahí estaba, sólo.
Caminé por Libertador con la esperanza de que volviese corriendo hacia mí, pero solo me topé con skaters y nuevos ricos en Mini Cooper.
Me perdí por unas callecitas de adoquines, caminé por la mitad de ellas, con la intención de dejar a un lado la tristeza y apreciar la belleza de aquel barrio que es mejor que el mío. No pude. Pero no lloré. Me consentí con un alto cucurucho de Vía Flaminia.

Lo llamé a Alex, necesitaba hablar con alguien. Estaba trabajando, ocupado.
Seguí con el cucurucho, esperando que todo se solucionase o aunque sea concluya, sin saber en verdad que carajo esperaba realmente.

sábado, 10 de julio de 2010

The Art(e) of Romance

Me das asco vos y tu falso interés
Y tus caras de goma espuma
Fingiendo sorpresa
Ante cada palabra y acto
Y anécdota
No te culpo
Solo te alerto
Que no voy a seguir siendo un pelotudo
Por mucho tiempo más
Me transformé en vos
Por media hora
Y soy yo ahora el que ficcionaliza interés
Pero es solo para llevarte a la cama
Y no volver a verte
Ni hablarte
Ni siquiera pensar
En vos
Nunca mas

viernes, 9 de julio de 2010

Feliz año nuevo

Cinthia: Era año nuevo, un nuevo comienzo. Mi familia comía pero yo me encontraba aislada, en mi cabeza. Iván ocupaba todo el espacio de mi mente, incluso más de lo que podía llegar a abarcar. Me generaba una sensación de claustrofobia, culpa, soledad.
Lo extrañaba ¿O extrañaba la idea de Iván?

Mi primita correteaba por toda la casa y comenzó a llorar porque se golpeó la frente contra la punta de la mesita ratona. Hielo le pusieron. Lloraba y se abrazó a mí. Me la cargué a upa y comenzó a chorrearse el hielo sobre su vestidito blanco. Mi mamá me pasó una servilleta para secarla. Al rato dejó de quejarse y comenzó a chupar el hielo. El agua fría se le chorreaba por la pera. Un gran chichón adornaba su frente.
Fuimos a la mesa a comer. Todos hablaban y gritaban. Los platos y fuentes, llenas de comidas giraban de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.

No di un solo bocado. No presté atención a los gritos y risas y charlas de mis tíos y primos y abuelos y de toda mi gran familia. Me quedé enclaustrada en mi cabeza, pensando en el cuerpo descompuesto de Iván. Me pregunté si a esa altura seguiría habiendo carne sobre sus huesos. No pude dar un bocado.

Me imaginé a su papá, como se sentiría en este primer año nuevo sin Iván. Me pregunté como estarían el resto a quienes no volví a ver, el Alex.
Ya era la hora, brindamos y fuimos todos a la terraza. Alcé a mi primita en brazos porque no alcanzaba a ver.

No me llegó ningún mensaje de texto. Me angustió saber que nadie pensaba en mí.
Los fuegos artificiales incendiaban la noche pero la luna brillaba más fuerte que todos.

jueves, 8 de julio de 2010

BRET EASTON ELLIS

Luca: Toqué el timbre de nuevo a los diez minutos, me estaba congelando y el hijo de puta no bajaba más. Me comencé a soplar las manos para calentarlas y a pegar saltitos para entrar en calor.
Al rato abrió la puerta. No lo veía hacía bastante. Me impresionó. Estaba demacrado. Su pelo lacio y sano era ahora una maraña de rulos inflados y caóticos. Sus ojos verdes eran opacados por unas gruesas ojeras que lo contorneaban como un antifaz.
Seguía siendo tan alto como siempre y mantenía su sonrisa con muletas.

Iván estaba destruido. Su separación con Cinthia lo había devastado. Iván se estaba matando y todos hicimos ojos ciegos a eso. No pensamos en lo irreversible de su situación, solo nos dedicamos a verlo cavar su fosa y ver su degradación. Nos dedicamos a compartir cada tanto un porro con él, alentando así su deterioro.

-Dale boludo ¿Cúanto tardás en bajar a abrir? Hace un frío de cagarse.
-Perdón, estaba ordenando.

Pasé y dejé la campera en el perchero, su perro comenzó a ladrar y a olerme.
Entré a su habitación y era un desorden total, no había ordenado nada.
Había un taper abierto con comida, lo agarró y se puso a comer. Estiró la mano ofreciéndome y alzó las cejas.
-¿Qué es?- pregunté.
-Ensalada de papa, huevo, pollo, mayonesa y zanahoria.
- Ensalada Rusa, pelotudo- le dije.
-No tarado, la rusa lleva arvejas.

Recorrí su habitación mientras el masticaba despacio la ensalada rusa sin arvejas.
No había nada en orden, sobre su escritorio había pilas de cables y ropa, libros desperdigados por el suelo y el tacho d basura revalzaba. Las paredes estaban blancas, iluminaban casi. Desentonaban con el resto del cuarto.

Tirado sobre su cama, había una versión de Las reglas de la atracción de Bret Easton Ellis.
Lo tomé. Estaba bastante gastado, era usado, se notaba. Pasé el dedo rápido por todas sus hojas. Logré visualizar varias subrayadas.

-¿Qué haces leyendo a este puto?- pegunté.
-¿Cómo a “este puto”?- repreguntó.
-Sí, a Easton Ellis.
-No es puto.- afirmó ofendido y me sacó el libro de las manos.
-Sí.
-No.- dijo y soltó el libro sobre la cama.
-Que sí, es puto.
-¿Cómo sabes?- me preguntó.
-Yo sé, yo sé.- le afirmé.
-¿No serás medio puto Luca?

Me hirió esa pregunta, no pensé que la volvería a escuchar.
-No.- respondí. Lo sé porque lo leí en una entrevista ¿Tenés mi porro?
-Es mí porro y te lo estoy vendiendo, no es tu porro.- dijo, medio enojado no se porqué.
-Si me lo vendés pasa a ser mío.

Me dio la bolsa, le di la plata, no la contó.
Me fui.
No volví a verlo.
Con vida.

Respuestas de rechazo

Hola Ariel,

por el momento no estamos recibiendo nuevos títulos.

gracias y disculpá.
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Hola Ariel, en este momento por problemas de traducción no estamos aceptando txts.

Desde ya muchas gracias por el interés en nuestro proyecto.
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Gracias Ariel pero el estilo de la novela no es lo que estamos buscando por el momento.
Gracias.
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Dear Ariel Pukacz:

We appreciate the opportunity to read your work, but unfortunately this submission was not a right fit for PANK.

Please wait at least seven days before submitting more work for our consideration.

Thank you for thinking of us.

Sincerely,

The Editors of PANK

lunes, 5 de julio de 2010

EL PRÓXIMO GRAN ENEMIGO DEL MUNDO

Iván: Filas interminables de pequeños féretros de vidrio que se reproducían infinitamente en las paredes espejadas.
En una de ellas, estaba mi hermanita. Incubándose hasta no se cuando. Algunas semanas o meses talvez.
Sofía.
Ya la quería y no la había visto.
Miré através del grueso vidrio todos esos bebés recién nacidos y tuve sentimientos encontrados.

Alegría por tener una hermanita, pensar en ser hermano mayor. La alegre sensación de que la gente sigue creyendo pese a las situaciones de mierda y adversidades, en la vida. Pese a lo que cuesta vivir la gente sigue trayendo vida al mundo.
Ver esos bebés, sin ser corrompidos todavía. Sin preocupaciones, sin dolor, sin angustia sin ser concientes de lo que es la maldad o la muerte. Sin saber nada en absoluto. Vírgenes.

Por otro lado pensé en lo egoísta que es el acto de concebir. Desde la propia voluntad de tener un hijo al que cuidar y criar y ver crecer, dos personas engendran uno sin saber si ese chico desea nacer, existir y sufrir.
Miré un buen rato las incubadoras, intentando adivinar en cual estaría mi nueva hermanita.

Vi a esos niños durmiendo y llorando por haber nacido, por tener su tranquilidad perturbada por el aire contaminado, la luz, asustados de su propia existencia y pensé: Un bebé que acaba de nacer puede ser el próximo gran enemigo del mundo.
Hitler, Stalin, Videla, fueron bebés. Tiernos bebés, mimados, cuidados, fotografiados, sonrientes. Sin maldad. Hasta que fueron concientes del poder de la idea, de la palabra.

Estaba cansado, ya ni sabía en lo que pensaba.

Mi papá me invitó a desayunar algo mientras su mujer descansaba en la habitación de la clínica.

Fuimos al bar del último piso del hospital. Tenía el techo de vidrio y dejaba ver unas negras nubes que se avecinaban con violencia. Las paredes, cubiertas de un empapelado Bordeaux berreta y una guarda dorada con dibujos aleatorios. La iluminación era cálida. Un lugar ambientado como los hoteles, casinos o aeropuertos. Para hacer sentir a uno como en casa o en viaje constante, en un lugar donde el tiempo no existe. Ambientado entre el mal gusto y la delicadeza. Con falsa finura.
Un jugo de pomelo y un tostado. Mi papá café.

Abrió La Nación, lo desplegó y abarcó todo el ancho de la mesa. Lo tapó por completo, ni sus canas podía ver, solo sus dedos sujetando los bordes del papel.
Tengo la teoría de que mi papá lee el diario para enterarse de las cosas malas que en ese día no le pasaron a él y conformarse y quedarse tranquilo de que podría estar peor.
No nos dijimos una palabra.

sábado, 3 de julio de 2010

Noche en Kika

Aclaración: Este texto lo reposteo porque en su momnto cuando lo escribí, fue un texto autónomo. Hoy en día tiene mucha más lógica para mí y conformará un capitulo de mi novela como los úlimos textos que postée. Un saludo. a.-)

Luca: Suena Lords of the new church pero yo prefiero a los dead boys, sigo sorbiendo del vaso con la ilusión de exprimir un poco más de gin o de agua tónica de los hielos sin un buen resultado. Una chica se me acerca y me dice que me conoce de una fiesta en la casa de no se quien. Le digo que puede ser pero no me acuerdo de ella.
El Dj que se parece a Marc Bolan pone I´am a Cliche de X Rays Spex pero es demasiado pesada y la cancela con No Feelings de los Sex Pistols pero yo prefiero escuchar Public Image Limited.

Sigo esperando que aparezca alguna banda en escena pero todavía están los plomos organizando cables y amplificadores.

Una chica me mira pero se interpone una muchedumbre en el medio y la pierdo de vista, intento ubicar a mis amigos pero están cerca de la cabina del dj charlando con él y no me interesa.

Me percato de que la bola de espejos no tiene forma de bola sino de camello y que no gira, estática refleja las luces que le apuntan los cañones y los lasers del boliche.
Se me acerca de nuevo la chica que conocí en una fiesta de la que no me acuerdo y me pregunta si quiero ir a la casa. Me quedo pensando un poco y me dice que tiene cocaína. Sigo sin responder y me dice que es alita de mosca. No le creo pero llamo a mis amigos y vamos.

Vive en un departamento sobre Libertador y nos cuenta que sus papás están en Miami porque quieren comprar unas propiedades porque están muy baratas por la crisis. Yo no respondo nada, me dedico a tomar. Le vaciamos la bolsa y me dispongo a irme.
Se me tira y le digo que no, gracias, que soy gay. No queda satisfecha con la respuesta.


Nos quedamos un rato más, todos en silencio, incómodo. Ella comienza a hablar y a presumir. Yo estoy duro y mis amigos también. No la escucho me pongo a pensar en todos los problemas que tuve durante el año. Miedo a no terminar la carrera, a no aprobar ética y deontología, al fracaso, a no conseguir trabajo, a la muerte, a que me roben, a que me traicionen, a esperar colectivos, a que me humillen, a morir.
Ya está, el año ya pasó.

Me tomo un taxi y me fijo recién adentro si tengo plata suficiente. La tengo. Va muy rápido y me comienzo a sentir mal, con la presión baja pero resisto. Escucha muy fuerte una banda de cumbia peruana que en otra situación hubiese disfrutado. Falta un buen rato para llegar a casa. Mierda, necesito dormir.

Raro

Iván: La mayoría de los regalos que tengo de chicas son libros, Salinger, Bukowski, Cohelo. Todos dedicados con palabras mentidas y llenas de falso afecto con un velo de calentura por detrás. Oculto para que no piense de entrada que son unas putas.

Lo otro que me regalaron son cartas. Cartas en las que se excusan de porque no funciona lo nuestro, que de todos modos me tienen afecto y me quieren pero como amigo, que soy una persona excelente y me va a ir muy bien en la vida. Que se alegran de haberme conocido. Pero conocer a alguien no significa tenerlo cerca.

Todas las chicas con las que he estado en algún momento me han dicho lo mismo: Sos raro.
¿Por qué? Pregunto cada vez.
No se- responden.
-Sí sabes, explicame.
-No, no sé, sos raro.
-Por favor explicame.
-Es que no se como hacerlo.
-Quiero cambiarlo.
-Es que no es malo.
-Pero a nadie le gusta ser raro.
-Pero no se porque sos raro.
-¿Qué hago de raro?
-No pasa porque hagas algo.
-Pero ¿Que significa “ser raro”?
-No se Iván, raro es raro.
-¿Raro de gay decís?
-No raro de persona rara.
-Raro tenés el orto.
-No tarado, en serio. Raro, no sé, extraño.

Y el dialogo se repite otra y otra vez y sigo siendo el mismo pelotudo raro de siempre con las mismas preguntas de siempre que no son respondidas.

viernes, 2 de julio de 2010

LUPE TRISTE, MARCIAL BAILA

Lupe estaba tirada en su cama limándose las uñas mientras Marcial bailaba como un descerebrado frente al espejo al ritmo de Why Be Blue del dúo Suicide.
Afuera estaba anocheciendo pero la habitación de Lupe seguía iluminada artificialmente, como todas las casas de plata.

Marcial, en cuero, se dedicaba a mirar como sus músculos rebotaban en sincronía con sus saltitos espásticos. Jalaba Popper mientras acomodaba el pañuelo de seda que vestía su pecho.

-¿Qué te pasa, divina?- preguntó Marcial al ver a su amiga deprimida.
-Nada.- mintió y siguió limándose las uñas que ya estaban prolijas pero no tenía otra cosa para hacer. Era eso o ver a su amigo gay hacer el ridículo.
-Te noto mal amiga, en un ratito me vas a contar.

-¿No te cansas de bailar como una loca?- preguntó Lupe con buena onda.
-Hay, no. Es que esta banda tiene unas canciones que no puedo evitar mover el esqueleto.

Lupe se paró y fue a dejar la lima en su escritorio y agarró el esmalte de uñas. Marcial cambió el tema desde la notebook de Lupe y puso otra canción del mismo disco que lo hizo cambiar el estilo de baile. Siguió perfeccionándose frente al espejo.
-No estés triste, bonita. Contale a Marcial lo que te pasa.

-Me gusta un chico y no se como hacer para que me de bola.
-¿Ya querés desflorarte amor?
- No es eso, Marcial. No seas tarado.
-Quería levantarte el ánimo.- dijo medio agotado y dando unas jaladas de Popper.
-Gracias.- dijo Lupe, mientras se concentraba con la primera capa de esmalte en sus uñas. Esmalte rojo. Rojo sangre.

-Yo estoy contento, tuve un viernes agitado ayer.
-¿A quién te cogiste Marcial? ¿Podés empezar a cuidarte?
-Hay no me jodas Lupe, dejame divertirme.
-Sí, divertite, pero cuidate tarado.

-Igual no hubo nada demasiado pesado. Le chupe la pija nomas.

-Con eso alcanza Marcial para contagiarte de cosas si tenés una herida o algo.
-“De cosas” “De cosas”. De sida Lupe, decilo. Marcial dejó el frasquito de Popper y se puso la remera, era de una universidad de Estados Unidos, estaba gastada. Cambió de disco, Los Abuelos De La Nada.

-En fin ¿La pasaste bien?
-Sí, muy. Va, normal. No fue una noche muy salvaje pero estuvo entretenida. Alguien que ni te imaginas que la juega a dos puntas.

-¿Quién?
-Luca.
-¿Quién?
-Luca.
-¿Enserio?
-Te juro. Divino.
-Callate Marcial.

-¿Por qué Lupe?- Preguntó Marcial y prendió un cigarrillo.
-Abrí la ventana.
-¿Qué pasa Lupe?

-Me gusta Luca. Estoy mal por Luca y vos te lo coges.
-¿En serio me decis Lupe? ¿El pibe que te tiene mal es Luca?
-Sí y mi mejor amigo le chupa la pija, no lo puedo creer.

Marcial tiró el cigarrillo por la ventana, prendido y se recostó en la cama junto a su amiga. Tomó su mano y pidió disculpas. Lupe comenzó a llorar y se abrazó a su amigo.

-Lo amo Marcial, lo amo.-dijo y apretó fuerte la remera de su amigo, empapándola de lágrimas. Marcial no sabía exactamente que hacer.
-Lupe, sos mi mejor amiga al pedo entonces ¿Por qué no me contaste que estas atrás de Luca?

-Porque sabés que soy tímida. No sabía que se la come.
-Técnicamente yo me la comí.
Ambos rieron.

Pese a las buenas intenciones de su amigo, de hacerla sentir mejor, Lupe sabía que eso la acercaba un poco más a su hermanito. Lupe sabía con certeza que estaba un poco más muerta y no sabía que hacer con Luca. Marcial tampoco. Sus ganas de seguir viéndolo estaban pero su lealtad hacia Lupe también. Estaba enredado entre su pene y su corazón.

FELIZCUMPLEAÑOS A MI (BLOG)

Guau! El blog cumple un año. No pensé que iba a tener tanta constancia (y tantos textos). Algunos mejores, otros peores pero sigo con las mismas ganas de seguir escribiendo y seguir actualizando.
A modo de cumpleaños y en un acto pedante de mi parte, me tomo el atrevimiento de hacer una lista de los mejores libros que leí en el primer semestre del año:

Fantasmas- Paul Auster
Invisible- Paul Auster

No country for old man- Cormac Macarthy

Llamadas telefónicas- Roberto Bolaño

Dublineses- James Joyce

Misery- Stephen King
Carrie- Stephen King

El libro de los abrazos- Eduardo Galeano

Last night on Earth- Charles Bukowski
Cartero- Charles Bukowski

Cosmetica del enemigo- Amelie Nothomb

Demian- Herman Hesse

Los pichiciegos- Fogwill

Era el cielo- Sergio Bizzio
Rabia- Sergio Bizzio

Leer y escribir- Ariel Bermani
El amor es la más barata de las religiones- Ariel Bermani

Literatura y otros cuentos- Martin Rejtman

Ji-Do- Antología de literatura contemporánea coreana

Yo necesito amor- Klaus Kinski

Rant- Chuck Palahniuk

jueves, 1 de julio de 2010

La seguridad de la ducha

No solo era domingo, sino que también llovía. Lupe tenía la costumbre de sumergirse en la mierda cada vez que algo malo le pasaba. No intentaba superar los pequeños problemas sino que se buscaba otros para no poder salir, ahogarse, sofocarse y tener la excusa perfecta para estar mal. Era más sencillo que solucionar las cosas e intentar estar bien. Siempre cuesta más lograr las cosas que no intentarlas y a ella le funcionaba muy bien ese método de autocompasión. Repito, no solo era domingo, sino que también llovía. El mundo se complotaba contra Lupe, para que su infelicidad sea plena. Menos por menos, más, le habían enseñado muchos años atrás en el colegio. La suma de dos males, hacen uno mucho más denso e insoportable.

Lupe acababa de volver de merendar con Luca, se le largó a llover justo una cuadra antes de llegar a su casa.
Se arrepintió de haber tenido a Luca al tanto de aquel chico, el que había vivido en Estados Unidos y le parecía un maricón por tomar la cerveza despacio. Se sintió una idiota, lo único que corroboraba así es que quería ser su amiga. Lupe amaba a Luca, lo amaba. No había gustado nunca de ningún chico en serio. De hecho era virgen.

Se sacó los zapatos antes de entrar y la campera, empapada. Dejó todo en el lavadero y se fue desvistiendo en el camino hacia el baño, lo último que se sacó fueron sus lentes y las hebillas del pelo. Prendió la ducha y esperó sentada en el inodoro, cruzada de piernas a que la bañadera se llenase. Estaba impaciente y comenzó a masticarse las uñas, el sonido del agua cayendo y golpeteando la bañera de plástico solía relajarla, pero no ese día, no ese domingo que ya era de noche y sufría una lluvia. No distinguía del todo el sonido del agua cayendo porque se le mezclaba con el de la lluvia, que también caía, pero ya no podía lastimarla.

Metió un pie. Despacio. Quemaba. Lo hizo despacio para que su cuerpo se acostumbre, tiritó. Metió la otra pierna y apagó el agua antes de que rebalsase.

Se puso a pensar en Luca, en su mirada profunda, que tanto le gustaba. Siempre miraba con el cejo fruncido, como si estuviese enojado, era por sus rasgos toscos y marcados que le daban apariencia de malo.

Pensó en cuan segura se sentía cuando se duchaba o se daba un baño de inmersión. Casi no tenía esos momentos para ella, de estar sola y disfrutarlos. Generalmente estaba sola, pero no disfrutaba de estarlo. Hizo lo posible para sentirse cómoda consigo misma, porque Luca la acompañaba en sus pensamientos. Comenzó a tocarse para sentirse más cómoda aún.

El agua comenzó a revolverse, cerró los ojos y siguió acariciándose.
De pronto se vio perturbada porque no era la imagen de Luca la que vino a su mente, esa se borró repentinamente para ser sustituida por la de su hermanito.
Hacía rato no pensaba en su hermanito y le resultó repulsivo que el pensamiento le viniese mientras se masturbaba pensando en el chico que le gustaba.

Recordó al amor de su vida, su hermanito, dos años atrás le había dicho un día que le dolía mucho la cabeza. Lloraba mientras se lo decía. Ella lo abrazó y le dijo que no era nada, que seguramente era por la humedad, que a ella también le pasaba.

-Algo crece en mi cabeza.- dijo el nene y ella le adjudicó la frase a la imaginación del nenito de seis años.
Tres semanas después murió de un tumor cerebral.
Lupe dejó de masturbarse y comenzó a llorar.

Era domingo, llovía, estaba sin Luca y sin su hermano. Sola, era domingo y llovía.