jueves, 8 de julio de 2010

BRET EASTON ELLIS

Luca: Toqué el timbre de nuevo a los diez minutos, me estaba congelando y el hijo de puta no bajaba más. Me comencé a soplar las manos para calentarlas y a pegar saltitos para entrar en calor.
Al rato abrió la puerta. No lo veía hacía bastante. Me impresionó. Estaba demacrado. Su pelo lacio y sano era ahora una maraña de rulos inflados y caóticos. Sus ojos verdes eran opacados por unas gruesas ojeras que lo contorneaban como un antifaz.
Seguía siendo tan alto como siempre y mantenía su sonrisa con muletas.

Iván estaba destruido. Su separación con Cinthia lo había devastado. Iván se estaba matando y todos hicimos ojos ciegos a eso. No pensamos en lo irreversible de su situación, solo nos dedicamos a verlo cavar su fosa y ver su degradación. Nos dedicamos a compartir cada tanto un porro con él, alentando así su deterioro.

-Dale boludo ¿Cúanto tardás en bajar a abrir? Hace un frío de cagarse.
-Perdón, estaba ordenando.

Pasé y dejé la campera en el perchero, su perro comenzó a ladrar y a olerme.
Entré a su habitación y era un desorden total, no había ordenado nada.
Había un taper abierto con comida, lo agarró y se puso a comer. Estiró la mano ofreciéndome y alzó las cejas.
-¿Qué es?- pregunté.
-Ensalada de papa, huevo, pollo, mayonesa y zanahoria.
- Ensalada Rusa, pelotudo- le dije.
-No tarado, la rusa lleva arvejas.

Recorrí su habitación mientras el masticaba despacio la ensalada rusa sin arvejas.
No había nada en orden, sobre su escritorio había pilas de cables y ropa, libros desperdigados por el suelo y el tacho d basura revalzaba. Las paredes estaban blancas, iluminaban casi. Desentonaban con el resto del cuarto.

Tirado sobre su cama, había una versión de Las reglas de la atracción de Bret Easton Ellis.
Lo tomé. Estaba bastante gastado, era usado, se notaba. Pasé el dedo rápido por todas sus hojas. Logré visualizar varias subrayadas.

-¿Qué haces leyendo a este puto?- pegunté.
-¿Cómo a “este puto”?- repreguntó.
-Sí, a Easton Ellis.
-No es puto.- afirmó ofendido y me sacó el libro de las manos.
-Sí.
-No.- dijo y soltó el libro sobre la cama.
-Que sí, es puto.
-¿Cómo sabes?- me preguntó.
-Yo sé, yo sé.- le afirmé.
-¿No serás medio puto Luca?

Me hirió esa pregunta, no pensé que la volvería a escuchar.
-No.- respondí. Lo sé porque lo leí en una entrevista ¿Tenés mi porro?
-Es mí porro y te lo estoy vendiendo, no es tu porro.- dijo, medio enojado no se porqué.
-Si me lo vendés pasa a ser mío.

Me dio la bolsa, le di la plata, no la contó.
Me fui.
No volví a verlo.
Con vida.

2 comentarios:

  1. No volvi a verlo. Con vida.
    Que pasará con ese chico, me pregunto.

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  2. está muerto aca:
    http://cuentosverdes.blogspot.com/2010/06/ivan-muere.html

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