domingo, 10 de marzo de 2013

MANHUNT III


Me desperté por las gárgaras de Kesuke, era la tercera mañana y la tercera que escuchaba sus escupitajos, pero ya sentía que era una costumbre impuesta, imposible de cambiar.
Mantuve los ojos cerrados todo lo que pude y me tapé con la sábana dura intentando no escuchar los sonidos que hacía mi compañero de habitación, pero fue imposible: aghhhghtshrtha tfshuuu, aghrthstrhstr  tsdhfuuuu, agggghhhathrhnsghnsthr tshfuuuu, se escuchaba reiteradas veces. Yo me escudaba debajo de la almohada y en la oscuridad de los ojos cerrados para evitar asumir que ya estaba despierto, por culpa de un chico unos años menor con el que apenas me podía comunicar por las diferencias idiomáticas.

La primera noche, Kesuke me había contado que había venido de Japón hacía seis meses para un intercambio de un año en una Universidad de California para estudiar economía. Su inglés era una mierda, peor que el mío. Estaba de vacaciones y se había decidido a conocer New York, una ciudad que lo asombraba porque él era de un poblado pequeño y lejano, nunca había estado en Tokio.
Temía sufrir de discriminación por el caso de Cho Seung Hui, pero eso había pasado hacía varios años y en la otra punta del país y además en Estados Unidos a nadie le importa un carajo nada. Además Cho Seung Hui era coreano y el japonés, pero en sus propias palabras me explicó “los americanos distinguen no una mariposa de un murciegalo”.

Mimi en su infancia había sido amiga de Cho Seung Hui, vivían en la misma cuadra y sus padres jugaban por las tardes a las damas y sus madres lavaban la ropa al aire libre, al margen de un arroyo. Ellos correteaban por la calle hasta altas horas de la noche.
Me contó de lo extraño que le resultó, todavía viviendo en Corea, enterarse de la masacre que había hecho ese chico con el que había compartido sus primeros años y del que casi nada recordaba. Era un completo extraño pero a la vez un conocido.
Mimi también, al igual que Kesuke había llegado a Estados Unidos hacía poco con las mismas dificultades idiomáticas, su inglés era muy primitivo o eso me parecía a mí. Era un inglés rústico con un montón de falencias debidas a su idioma natal. Aunque pensándolo seguramente mi inglés es igual de malo para los estadounidenses.

Me destapé cuando me estaba ahogando, lo primero que pensé fue en la muerte de David Carradine. Pensé en su familia avergonzada, en sus hijos (si es que los tenía) encontrándose con un padre que no reconocían, en su esposa con un marido que era en verdad un extraño, un tipo con el que vivió durante décadas seguramente, y que en el fondo escondía los deseos sexuales más extremos y perturbadores. Ahora yacía ahí, en un placard de un hotel de en Bangkok, Tailandia.

El día estaba hecho un asco, el cielo no se diferenciaba de las nubes, todo tenía un color gris pálido, como el de un papel higiénico barato hecho con diarios viejos.
Miré a Kesuke, se estaba peinando, tenía el pelo lacio y grueso. Me sonrió y se acomodó sus anteojos de nerd.
Yo también sonreí, no sé porqué, porque en verdad quería insultarlo, pero no hice nada. Me levanté con torpeza y dolores de espalda, me quedé sentado en el colchón, en boxers y sin remera, asfixiado por la calefacción de la habitación, asqueado por el olor humano.
Me paré y el colchón hizo un sonido gracioso, pensé en todas las personas que habrían dormido sobre esos resortes, en todas las pajas y pedos, sueños y pesadillas que habrán pasado por ahí.
Mientras me vestía con la ropa del día anterior pensaba en que hacer del día, le pregunté a Kesuke que haría él.
-Y Kesuke ¿Qué vas a hacer en el día de hoy?
-Voy a comprar algo ropa e ir al Museo de Naturales Ciencias.
-Entretenido
Las medias estaban húmedas por el sudor y la nieve de la noche anterior.
-¿Vos que vas a hacer?
-Voy a ir a…no tengo idea de lo que voy a hacer.

Abrí el candado y la puerta de mi locker, hizo un ruido mecánico. Saqué mi mochila con la cámara de fotos y todos los papeles que había impreso con referencias de cosas para hacer en la ciudad.
Dejé la campera abierta, me despedí de Kesuke con un gesto con la cabeza, inclinándome un poco como hacía él y bajé las escaleras. Los peldaños crujían, sonaban como una soga atada a una madera en un puerto, con el otro extremo atado a un bote que se tambalea y obliga a la soga a ejercer presión sobre la madera y emitir un sonido relajante y orgánico.
Abrí la puerta y el frío me impactó e invadió por completo, como si un grupo de skinheads me hubiesen interceptado por sorpresa y golpeado hasta dejarme temblando.

Me cerré la campera y caminé por la Calle 20 hasta la Séptima Avenida y subí hasta la Calle 23  para tomar el subte.
Una vez dentro del vagón comencé el libro que había comprado, Basketball Diaries de Jim Carroll. Había visto la película una vez por cable, la que actúa Lonardo Di Caprio. El libro cuenta la historia de un chico que toma drogas en la New York en los años sesenta. Para ese entonces la ciudad ya era un caos.

Leí unas quince carillas y era muy aburrido y decidí abandonarlo en el asiento antes de bajar. Eran dólares desperdiciados pero no pensaba cargar con esa mierda que ya sabía que no iba a leer. Preferí jugar a eso del libro perdido encontrado, muy neoyorkino. Me parecía la actitud correcta, dejarlo ahí abandonado para que alguien lo encontrara, lo leyese o se aburriera igual que yo y lo volviese a abandonar en otro lugar, así hasta recorrer todo el mundo o mojarse y perderse para siempre de verdad a causa de la lluvia o por quedar en algún lugar inaccesible.

Fui al Apple Store o Mac Store, no se como se llama la tienda. Esa que queda unas cuadras por debajo del Central Park, en la Quinta Avenida y la Cale 58. Es un cubo transparente con una escalera caracol y la tienda se encuentra debajo de la tierra.
Busqué una computadora libre y abrí el explorador. La página principal era un sitio porno y me sentí incómodo y supuse que algo andaba mal, no en la computadora ni en el local, sino en el mundo. No me mal interpreten, no soy un conservador, miro porno, demasiado seguido si tengo que ser sincero, pero que sea la página de inicio de una computadora tan cara en una tienda tan…¿Universal? me resultó particularmente abyecto.

Ingresé a Gmail y busqué en la carpeta llamada NY NY el mail que me había mandado un compañero del primario al que no vi nunca más pero con el que eventualmente chateo por Facebook y  que viaja muy seguido y que está muy metido en lugares podris y tomados:

From: Ivan  <ivan.cxplxn@gmail.com>
Date: 2011/12/1
Subject: Re: NYC
To: Ariel Pukacz <
arielpukacz@gmail.com>
ok.
Para arrancar, una buena guía de eventos de recitales y etc  es 
http://www.brooklynvegan.com/ No te asustes con el nombre de vegan, no tiene nada mas que el nombre, es una muy buena guía de recitales y ese tipo de cosas...

DISQUERIAS
http://www.academy-records.com/
http://www.academyannex.com/blog/
Esta es la bomba tiene mil cosas y es bastante agradable , hay 2  Academy. La de Williamsburg se llama Annex, no recuerdo que dias (preguntá) venden discos en la calle altamente regateables.
http://www.generationrecords.com/
Estos tipos son los mismos dueños de otra que esta ahí a unas cuadras , precios 0 económicos. Tiene una muy buena colección de remeras en el piso de abajo en el que también a veces tocan bandas. Yo ví un par, es cuestión de que chekees el sitio si bien no es la bomba lo que tiene es que esta en el Village, mas abajo te escribo sobre cosas para hacer ahí.

Hay varias ferias de discos esta es una 
http://wfmu.org/recfair/ pero la cuestión es que si tratás de encontrar alguna es la bomba.
En la zona del Village y Williamsburg hay otras disquerías pero vos sabés, es cuestión de patear y buscar la ganga y el disco correcto. Ahora me acuerdo de estas de nombre pero lo bueno es que a la vuelta hay otras. En Williamsburg hay muy buenas librerías también, aunque no se bien que buscas... 

VILLAGE
Hace rato que el Village no es el barrio cutre de los Ramones y pasó a ser una conchetada extrema pero sin embargo ahí sigue estando concentrado un puñado de buenas cosas para hacer...
Si bien ya te comente sobre el asunto discos en Village es que esta Generation Records y tantas otras disquerías , también está el Guitar Center donde podés pasar un día tocando
 guitarras caras y nadie te va a decir nada aunque si te interesa la actividad de tocar cosas caras te puedo mandar otro mail explayandome en eso y te recomendaría que no dejes de ir a lo que antes era Sammys, Rudys o el nuevo  showroom de amplificadores de Rudys Music en Time Square en el que te va a atender un argentino y te va a decir no me importa si no comprás. Man probá lo que quieras, yo cuando vine la flasheé....
Volviendo, en el Village está uno de mis restaurants veganos favoritos de los que conocí en el mundo (yo soy vegetariano así que guiarte en comida va a ser un tema) que se llama
 red bamboo pero si lo que te va es lo podri hay un point también en el village que hacen unas de las quizas mejores papas fritas que puedas comer en tu vida se ve sucio y se llena de gente pero al igual que la pizza acá: si es sucio es bueno...
Si se te da por ir al cine el vVllage es sin dudas el lugar ya que concentra por un lado el 
IFC center (si agarrás los cortos de Jem Cohen andá!) y por otro lado con un aspecto menos corporativo podes ir a el film forum a ver pelis y tomarte un café comiendo las mismas galletitas que comía Derrida , hahah.
Por otro lado del otro lado del village vas a ver la zona de chinos hahha ahi podes regatear absolutamente todo y podés como yo indignarte en lugares como 
search and destroy y en menor medida trash and vaudeville donde podés comprarte una campera de cuero con las tachas y los parches ya puestos , hahah  pero la movida es que ahí los chinos venden bocha de chucherías.
No se que tanto más te puedo tirar para hacer...
Ootra cosa que esta buena para hacer si te interesa de casualidad el video arte y todo ese rollo es sacarte un turno en electronic art intermix que tienen si no me equivoco el catalogo de videoarte mas grande que debe haber en el mundo y podes ir ahi y ver todo 
http://www.eai.org/  En la zona de intermix hay un montón de galerías re caretonas, pero bueno no se si estas por ahí las podes checkear, muy cheto todo...

En cuanto a librerías mas ayuda de la que yo te puedo dar podes encontrar 
aca

Por otro lado están las cosas obvias para hacer como no sé, ir al MoMA, el Guggenheim y ese tipo de pavadas. Recuerdo una pelea con el amigo con el que viajé, yo me negué a pagar 60 dólares para subir el estúpido ascensor del Empire State hahah.
Acá 
tmb tenés mas data de eventos...

El abc no rio me dijeron que esta muy venido a menos yo justo no llegué a ir pero toda la info esta 
aca , te recomiendo en cambio que vayas algún día al stolen sleeves collective lugar donde viven unos conocidos y yo paré.  Ahí en su facebook chequeá que eventos hay, esto es en Brooklyn lugar donde por otro lado suceden la gran cantidad de recitales. Si ahí conoces a un chico que se llama Adam, el es un nerd de los discos y te va a tirar buenas puntas. Decile que ibas al elementary school conmigo haha. Si ves una chica Lauren, nada, es buena piba y si ves un argentino que se llama xxxxxx sabe que es un hijo de puta de movida y no me menciones ,hahahha
Por ahora no se me ocurre mucho mas cualquier cosa preguntame.
Mas especifico por otro lado te hiper recomiendo que te vayas aunque sea un finde o unos días a Washington DC. Con los micros del barrio chino vas por 20 dólares y llegas en menos de 2 horas. Ahí los discos son mucho mas baratos y tenés 2 disquerías, una al lado de la otra. En una te atiende Ian Svenoius de Nation of Ulysses y en la otra un pibe bastante copado (yo paraba en la casa de un amigo de él). Esa, Smash si no me equivoco, es de un tipo que tocaba en 86 mentality. En el medio de las 2 disquerías tenés un fallafel que explota re barato que le podes meter todo el humus que quieras gratis , haha
Cualquier cosa que te pueda ayudar decime....

Anoté todo lo que pude en mi cuaderno MUJI que me había traído de un viaje anterior. Mi letra era una mierda porque estaba apurado y también porque al segundo párrafo se me había cansado la mano. Revisé mi Facebook pero nadie me extrañaba, sólo me invitaban a eventos a los que no iría aunque no estuviese de viaje.

Cerré todas mis sesiones con bastante paranoia y borré el historial y los cookies del explorador. No quería que la secta esa que había visto en la tele pudiese acceder a mis datos.

Fui al puesto callejero de la librería Strand y compré un libro sobre anécdotas de la escena hardcore de Irlanda del Norte y sobre los recitales que organizaban para bandas de otros países. Cada anécdota venía acompañada por una receta vegetariana que las bandas enseñaban a los organizadores del recital.
También había varios ejemplares de libros de Charles Bukowski con las tapas originales. En otro momento de mi vida los hubiese comprado todos y no habría leído ninguno, pero no ahora.

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