lunes, 13 de septiembre de 2010

Un mundo lleno de aire pero sin oxígeno

Cinthia: Abro la heladera descalza y mi mamá me dice que me voy a electrocutar. Me sueno los dedos de los pies torciéndolos y cruzándolos como puedo entre ellos, crujen como la cáscara de una nuez partiéndose.

Le digo a mi mamá que no puede presagiarle algo tan horrible a su hija y busco en la heladera algo rico para comer pero no hay nada y me acuerdo que mi mamá está a dieta y que mi papá prometió lo mismo y que entonces obligadamente yo también estoy metida en el asunto. Cierro la heladera decepcionada y la puerta truena al cerrarse y mi mamá me pregunta si también soy así de delicada con mi novio. No respondo y me siento sobre la mesada de mármol que está demasiado fría. Me bajo los shorts lo más que puedo para que no se me duerman los muslos pero es inútil y entonces me bajo.

Mi mamá me pregunta si estoy inquieta y no le respondo. Abro la alacena en busca de algo rico pero no hay nada y rescato del fondo una barrita de cereal light. La abro y pruebo y es horrible y la tiro en el tachito de la mesada. Me dice que hay gente que no tiene lo qué comer y que yo derrocho la comida como si nada. Le respondo que si la gente que no tiene lo que comer tuviese plata para hacerlo no la gastaría en esas barritas de mierda.

Me dice que me ponga medias, que me voy a resfriar y hago como si no la escuchara y subo la escalera hacia mi habitación. Siento que mis pasos suenan con retardo como si pisara y recién sonara el paso anterior. Debo estar loca.

Hace calor y el solcito entra por mi ventana y hace que mi cama luzca más cómoda de lo que en verdad es, me tiro sobre ella. La sábana esta calentita y la disfruto. Me pongo a pensar en Ramiro y me cuesta recordar su cara aunque lo vi la noche anterior. No sé todavía si estoy enamorada de él pero me gusta lo suficiente como para ser su novia.

Recuerdo la primera vez que me quedé a dormir en lo de un chico y el diálogo que tuve con mi mamá: Me da miedo que te quedes a dormir en lo de un desconocido- dijo ella.
-Un desconocido para vos- le respondí.
-Mirá si te hace algo- me argumentó
-¿Algo como cogerme? - le pregunté. -Sí, seguro que sí, le respondí después.

Me dijo que era una maleducada y llamó a mi papá y me fui rápido de la casa y me llamaron durante toda la noche al celular que había apagado. Al día siguiente al volver a mi casa me acusaron de puta y me prohibieron salir y no se los respeté.
Ahora ya soy más grande y la relación es difícil, sigo haciendo lo que yo quiero pero no los hago estallar en mil pedazos. Ahora no les respondo pero tampoco los escucho.

Miro el mapamundi inflable que cuelga torcido de mi techo y me paro en la cama y lo hago girar y lo freno y selecciono un país aleatoriamente con mi dedo índice. Mi dedo marca Argentina y me deprimo y siento que voy a estar empantanada en este país por siempre. Me bajo de la cama y decido cortarme el pelo, lo tengo por los hombros y creo que me va a quedar mejor unos cuatro o cinco centímetros más corto. Estoy por ir a preguntarle a mi mamá qué opina pero lo analizo bien y no me importa su opinión. Pienso en llamar a Ramiro para preguntarle pero prefiero que sea una sorpresa.

2 comentarios:

  1. Demasiado buenos tus cuentos..

    son como frescos... argentinos sin duda... libres...mmm no se que más... me gusto leerte... te voy a seguir...

    besos!

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