martes, 2 de marzo de 2010

Mr Lennon

Y cuatro tiros lo callaron.
Así murió el nuevo Jesús.
Así nació el nuevo Hitler.
Murió al lado de Judas.

Un personaje anónimo se ganó todo el odio del mundo.
Tan anónimo como el que te vende forros en la farmacia de cabildo y olleros a las 4 AM de un miércoles y te mira con envidia.

El nuevo Jesús no era inmortal. Un solo tiro, bien puesto, hubiese bastado.
La mística se intensificó. De Hércules a Zeus en un pestaneo. Su muerte le dio más vida. Leyenda.
Aquel gordito se cargó a un solo hombre. Hitler a seis millones de judíos y hay quienes lo siguen negando y quienes lo siguen apoyando.

Por eso visto una remera con la imagen de Mark Chapman.
Mató a un solo hombre y se gano el odio de la humanidad.
Una sola persona vale más que seis millones.

Y esa es la historia de la humanidad: gente intentando dominar a otra gente.
Cualquiera podría haber sido Chapman, hasta el que me vende forros en el Farmacity de Avenida Beiró. Podría haber sido yo.

Y Nueva York y el mundo lloró. Yo ni había nacido. Cuando me enteré, no me importó.
Nueva York lloró y siguió caminando y sus torres cayeron y muchas otras se levantaron y cuando me enteré no me importó. Era feriado, el día del maestro. Estaba bajando un disco de Flema del Napster.

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