lunes, 14 de junio de 2010

Demasiado tiempo esperando colectivos

A Ramiro lo tuvieron que enterrar en un cementerio privado porque tenía un tatuaje.
Me sentí muy culpable el día que me enteré de que había muerto, de cómo había muerto, de qué había muerto. Solo, de manera humillante, sin nada. Podría haber sido quien hubiese querido ser, pero murió como nadie.

Podría haber estudiado lo que hubiese querido, podría haber insistido con lo de escribir, podría haber insistido con la música.

Perdí a mi mejor amigo y a la única chica que quise. Después de la muerte de Ramiro, Cinthia no quiso saber más nada conmigo. Pensé que su muerte iba a unirnos aún más, pero no. Me dijo que debía mostrarle respeto a un muerto, el respeto que no le tuvo en vida al engañarlo tanto tiempo con su mejor amigo.

Cinthia dejó a Ramiro con una excusa cualquiera, la verdad es que lo dejó por mí y tuvimos que mantener el secreto de nuestra relación. En parte soy el responsable de la muerte de Ramiro. Se mató porque no pudo soportar que Cinthia lo dejase y Cinthia lo dejó por mí, porque ella no podía soportar la culpa de engañarlo con su mejor amigo.

Quiso un luto sincero de la muerte de su ex, la sinceridad que no pudo darle en vida.
Perdí todo. Soy un hijo de puta, lo merezco. Perdí a las dos únicas personas que me importan.

No se hizo velorio del cuerpo, cuando lo encontraron ya estaba descomponiéndose. Los padres mintieron y dijeron que fue un error, que no se suicidó para que no lo enterrasen contra la pared. En parte intentaron autoconvencerse de esa mentira, pero yo se que Iván se suicido, no se pasó. Fue premeditado.

El día del entierro me enteré muy sobre la hora, me llamó el padre. El entierro fue en Pilar.
Mientras sepultaban el cuerpo de mi amigo, yo estaba parado, con frío. Averiguando como ir a visitarlo. No llegué, le fallé una última vez. Veintiún años y demasiado tiempo esperando colectivos.

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